HABLAR CON DIOS 04-02-2024

En este pasaje del Evangelio de hoy podemos imaginarnos perfectamente como era el día a día de Jesús: curaba a las personas de todo aquello que les hacía mal; también se retiraba a orar, a hablar con el Padre, porque sin la oración, sin el encuentro personal con el Padre todo lo que hacemos puede perder su sentido.

Y también se dedicaba a predicar, a hablarles al mayor número de personas de lo bueno que es sentir la amistad de Dios, el amor incondicional que Dios nos tiene a cada uno de nosotros.

Muy sencillo y muy difícil al mismo tiempo. Jesús no quiere que vivamos la fe como una competición. No espera de nosotros que seamos los mejores. Lo que espera de nosotros es que sigamos su ejemplo. Que lo sigamos desde lo que somos, con nuestras cosas buenas y con nuestras cosas malas. Que nos dediquemos a ayudar a las personas que necesiten de nosotros, que tengamos presente a Dios, nuestro Padre a lo largo del día. Y que les digamos a los demás lo bueno que es seguir los pasos de Jesús y sentirse amado por el Padre