ORACIÓN (01-12-2023)
MONICIÓN ENTRADA
Nos hemos reunido aquí esta tarde, porque queremos contemplar a Jesús en la Eucaristía y compartir juntos este rato de oración.
Ponemos ante Ti Señor nuestras dificultades, nuestros logros y momentos buenos, pero también nuestras limitaciones y errores, para que nos ayude a superarnos … a ser mejores cristianos.
No nos olvidamos de las guerras … del sufrimiento de tantas personas … mujeres, hombres y niños inocentes. Esta tarde, pedimos por la PAZ tan deseada y necesaria en el mundo.
Hemos comenzado un nuevo Año Litúrgico y el próximo Domingo, celebraremos toda la Iglesia el Primer Domingo de Adviento. Un “tiempo de espera”, para rezar y prepararnos para recibir al Señor Jesús en la Navidad.
Las luces de las velas, nos recordarán que Él es la luz del mundo que irrumpe para disipar las tinieblas que nos rodean. Dios, hecho niño, viene a traernos la esperanza y la vida a todos nuestros corazones …
Pongámonos en camino para el comienzo de este nuevo Tiempo …
EVANGELIO
- Lectura del santo Evangelio según san Marcos:
En aquel tiempo, dijo Jesús sus discípulos:
«Estad atentos, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa, si al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer; no sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: ¡Velad!».
PALABRA DEL SEÑOR
REFLEXIÓN
Hoy el Señor nos pide: “ESTAD ATENTOS A LA VENIDA DEL SEÑOR”
Durante este tiempo de Adviento, los cristianos podemos hacernos una pregunta vital:
¿Estamos dejando espacio a Cristo en nuestras vidas?
¿Nos sentimos cercanos a Él?
Una cosa es cierta … Él está siempre cerca de nosotros.
Los cristianos intentamos verle en las muchas formas en las que el Señor se hace presente entre nosotros: En nuestro prójimo … en la naturaleza … en los acontecimientos de la vida, incluso en nuestros problemas.
Es por eso, que debemos estar siempre VIGILANTES, en VELA, porque no conocemos ni el día ni la hora de su llegada
Hay que salir al encuentro del Señor que se acerca; hay que hacerlo acompañado de las buenas obras y llenos de entusiasmo, sin perder la alegría.
Que en este tiempo de ADVIENTO, dejemos que Cristo nos colme con esa fuerza y esperanza que tanto necesitamos.
¡Ven Señor, muéstrate a nosotros; hazte visible entre nosotros¡
AMÉN