HOMILÍA DOMINGO XXIX Tiempo Ordinario (22-10-2023)

Cuando en la vida alguien te viene adulando o te viene diciendo la cantidad de cosas buenas que tienes y que haces, los valores que te hacen ser tan especial y diferente a los demás, échate a temblar porque llegará el “pero” o te presentarán alguna dificultad o te dirán algo con mucha importancia y mucha fuerza que haces mal o te querrán poner a prueba e intentar ponerte contra las cuerdas. Esto es lo que le pasó a Jesús en el Evangelio de hoy. Sencillamente para terminar diciendo que dejemos que Dios sea Dios.

Le tienden una trampa. Además no van los fariseos, ni los herodianos, sino que envían a algunos discípulos para preguntarle “¿Es lícito pagar impuestos al Cesar o no?”.

En varias ocasiones Jesús es sorprendido por preguntas de este tipo. Podemos recordar el pasaje de la mujer adúltera y la respuesta de Jesús “el que esté sin pecado que tire la primera piedra”.

Jesús es hábil y sagaz en sus intervenciones. Hoy se enfrenta también a una situación delicada. Si dice que no es lícito, provoca la rebelión del pueblo contra Roma. Si dice que sí es lícito, se posiciona en contra de muchos pobres que no podían pagar sus impuestos. Su respuesta es hábil y sagaz. “al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.

Hoy hay personas e instituciones de la Iglesia que no terminan de ver que subvencionen a entidades sociales eclesiales o afines por el mero hecho de que estos dineros proceden de ciertos gobiernos. Sin embargo olvidan estas personas que estos dineros proceden de los ciudadanos y no son ni del gobierno central, ni del regional, ni provincial o local. Son de los ciudadanos y responden al bien común.

Todo procede y todo pertenece a Dios.  Jesús no vive para servir al imperio Romano, sino que Él ha venido para abrir caminos al servicio del Reino de Dios.  Por eso, podemos decir con Jesús “dad a Dios lo que es de Dios”.  No deis a ningún “César” lo que es de Dios.  Todos somos de Dios.  El Génesis nos dice que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Somos imagen de Dios y no debemos someternos a ningún emperador, pero desde el bien común debemos buscar cauces de diálogo con todas las administraciones buscando el bien de la persona, porque todo le pertenece a Dios y nosotros estamos para construir su Reino en colaboración y diálogo con todos.

Tampoco podemos permitir que ningún “César” sacrifique lo que pertenece a Dios.  Tenemos en estos momentos de nuestra historia, situaciones muy duras como pueden ser la guerra de Ucrania y Rusia, el conflicto entre Israel y Palestina y la cantidad de cayucos que están llegando a Canarias y los cristianos tenemos que generar opinión en torno a todo esto desde la propia doctrina social de la Iglesia y desde el propio Evangelio.

En este sentido, hoy tenemos unos testigos que nos dan testimonio de todo esto en su día a día.  Son los misioneros.  Hoy estamos celebrando el día del DOMUND.  El lema de este año es “Corazones ardientes, pies en camino”.

El encuentro con Cristo Resucitado, nos tiene que hacer arder el corazón y ponernos en camino como les pasó a los discípulos de Emaús.  Sólo hay una diferencia que en cada país, en cada territorio, partiendo que el evangelio es el mismo se transmite de manera diferente porque no es lo mismo llevar la Buena Noticia en cualquier país de África, que en la India que en Ecuador entre otros.

Necesitamos crear una Iglesia de puertas abiertas con lucidez y sagacidad como la tuvo el Señor y desde ahí enviar el mensaje de salvación hoy a este mundo que busca otros “Césares” y otros “dioses” que no tienen mucho que ver con el bien común, ni con el Dios de Jesucristo.

          Braulio Carlés

Párroco San José Artesano