Homilía Domingo 3º Pascua (14-04-2024)

HOMILIA III DOMINGO PASCUA CICLO B

Hoy nos encontramos con otra escena de aparición de Jesús con tres momentos. El primero como siempre el saludo que Jesús les deja “paz a vosotros”. El deseo de paz de Jesús hacia sus discípulos y hacia todos nosotros es un indicador de los seguidores de Jesús. Hoy necesitamos la paz interior, la que recibimos al sentir el consuelo de sabernos amados y queridos por el Señor. Pero hoy el mundo también necesita la paz resultado de un mundo donde todos podemos vivir libremente y no sabernos amenazados por la guerra. Es el caso de Ucrania y Rusia, o Israel y Gaza y ahora también Israel e Irán. Y tantos lugares de África donde la paz está amenazada como es el caso de Mali.

También Jesús, les ve tristes, agobiados, pesimistas, les ve que viven en la incertidumbre. Después les dirá que sean testigos del resucitado. La tarea de Jesús no termina en la cruz. Convertirá a los discípulos en testigos, “vosotros sois mis testigos”.

Habían seguido a Jesús. No entendieron nada del mensaje, después de tres años de caminar con él. Con la muerte de Jesús todos se había ido al traste. Habían estado hundidos en el desconcierto y el miedo. Se encuentran entre el asombro, el desconcierto y la alegría. Permanecen callados. Parece que todo es el resultado de una película que acaba bien. Demasiado hermoso todo como para ser verdad.

Jesús va a transformar sus vidas. Lo importante es que sepan que no están solos. Por eso dice “paz a vosotros”. Después confrontará sus actitudes, cómo es posible que después de tanto tiempo, tantas experiencias con Jesús, surjan dudas en sus corazones.

Es frecuente en nosotros que busquemos ser protagonistas, a todos nos gusta que nos adulen, que nos reconozcan. A veces nuestros protagonismos nos llevan a olvidarnos de Dios. Olvidamos la presencia de Jesús en nuestras vidas. El es el verdadero protagonista. Esto vale cuando las cosas nos van bien, puede que lleguemos a considerarnos nosotros como dioses. Cuando las cosas nos van mal, nos invade la tristeza, el pesimismo, las incertidumbres. ¡Qué futuro nos espera! Han inventado la inteligencia artificial, hablan de protección de datos y sin embargo, estamos más controlados que nunca. Nadie puede saber nada de nadie y sin embargo, las redes sociales saben todo de nosotros. Nos invade el miedo, el temor ante tantas realidades inciertas.

Ante tanta incertidumbre, Jesús quiere llenarnos de consuelo y fortalecer nuestras vidas. Por eso quiere que seamos testigos de su resurrección, testigos de su amor. Quiere una Iglesia que seamos testigos del resucitado. Les pide que vean al resucitado. Su amor se entregó hasta la muerte. Ciertamente parece increíble, ante tanto egoísmo, tanto protagonismo, pero es cierto. Jesús ha dado la vida por nosotros y ha resucitado.

Les parecía un fantasma. Cuando hacemos un dios a nuestra medida, según nuestros parámetros, como Dios es tan grande, no entenderemos nada de lo que acontezca y sentiremos miedo. Pero, si abrimos nuestra vida al Espíritu Santo, nos parecerá asombroso todo lo que podamos descubrir desde Dios.

Estamos en el año de la oración, para concluir al año que viene en el año de la esperanza. A Jesús le descubrimos en la oración, que nos dará experiencia de Dios. Le descubrimos en el evangelio y lo maravilloso que se enconde detrás de cada una de sus páginas. Le descubrimos en la formación y en el conocimiento de cada una de las páginas de la Biblia.

El vive ahora resucitado por el Padre. A pesar de sus miedos, dudas, flaquezas y debilidades, Jesús confía en ellos. Como también a pesar de nuestros pecados e infidelidades, confía en cada uno de nosotros. Tenemos que llenarnos del Resucitado y convertirnos en testigos del Señor. También nos dice a nosotros “sois mis testigos”. San Pablo VI nos dice que un cristiano será creíble por sus obras y si es creíble por sus palabras, será porque antes ha sido creíble por sus obras.

Que confiemos en Jesucristo Resucitado y seamos testigos de su amor en todos nuestros ambientes. Que el Señor nos bendiga.

Braulio Carlés

Párroco San José Artesano