Homilía 2º Domingo Cuaresma (25-02-2024)
HOMILIA SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
Hoy en la Palabra de Dios podemos descubrir como idea fuerza el tema de la cruz. Abraham va a sacrificar a su hijo. San Pablo nos dice que si Dios está con nosotros quién estará contra nosotros. En el evangelio de la transfiguración nos encontramos esta idea como algo central del pasaje.
Jesús toma a Pedro, a Santiago y a Juan. Por un lado, los tres discípulos más íntimos de Jesús; por otro lado, los tres discípulos más incrédulos en relación a la cruz de Jesús. Pedro, le dice que se lo quite de la cabeza y Santiago y Juan están pensando en ocupar los mejores puestos en su Reino.
Pero hoy va a ocurrir algo nuevo, algo trascendental, inaudito e inenarrable, anticipo de lo que va a acontecer. Jesús se transfigura. Pero no lo entienden. Pedro dirá “vamos a construir tres chozas, una para ti otra para Elías y otra para Moisés”. Estos últimos expresión de la profecía y de la Ley, respectivamente.
Ante esta intervención de Pedro, será el mismo Dios quien les corrija. “Este es mi hijo amado, escuchadle”. La cruz lleva a la resurrección. Jesús nos enseña que la cruz tiene sentido. Para mucha gente la cruz es escándalo. ¿Quién se puede creer que la cruz es algo necesario y que no es escándalo, sino como dirá San Pablo “cumplo en mí lo que falta a la pasión de Cristo”.
Sólo Jesús irradia luz. Nosotros tenemos el rostro un tanto apagado. No podemos confundir a ningún dios con Jesús. Cuando buscamos otros dioses, otras luces, siempre más superficiales no estaremos en condiciones de iluminar a nadie con el mensaje de Jesús. “Este es mi Hijo amado, escuchadle”. Tenemos que escuchar la palabra de Dios para cumplir su voluntad.
Hoy tenemos que cargar cada uno con nuestras cruces. Nunca Jesús nos dijo que fuéramos a tener éxito. Muchas veces buscamos también el éxito y cuando no lo tenemos nos sentimos defraudados o si no tenemos la profundidad de vida suficiente puede que nos cansemos y queramos tirar la toalla.
Si queremos seguir los pasos del maestro, el éxito nos va hacer daño. El éxito no es bueno. Puede que tengamos éxito o no, pero el cristiano no debe buscar el éxito, sino buscar cumplir la voluntad de Dios. Es frecuente que muchos de los cristianos quieran una iglesia sin problemas, sin conflictos, sin rechazos. En definitiva, sin cruz. Pero esa Iglesia no es la Iglesia de Jesús y si no seguimos a la Iglesia de Jesús, será un sucedáneo u otra cosa que nos inventemos, pero tenemos que buscar a Jesús. “Este es mi hijo amado, escuchadle”.
Hoy ante la situación en el mundo, la indiferencia ante la religión o ante Dios; personas que se han creado sus propia religión o siguen a sus propios dioses, tenemos la oportunidad y la posibilidad de vivir como cristianos crucificados hoy. La cruz es parte esencial de los cristianos. Muchos han abandonado la fe porque no han entendido la cruz. La cruz tiene una dimensión que se nos escapa y se convierte en misterio, pero la cruz es el signo del cristiano.
Por eso es necesario escuchar a Jesús. “Este es mi Hijo amado, escuchadlo”. No sabemos escuchar. Unas veces cuando alguien nos habla o no le dejamos terminar o si le dejamos terminar es para darle la solución a sus problemas. Pasamos al lado de mucha gente pero no sabemos qué les pasa. No sabemos quién es el vecino que tenemos al lado y mucho menos qué le pasa.
Ser creyente es vivir escuchando a Jesús. Nos saca de nuestras seguridades para llevarnos a una vida más auténtica. Ser creyente es hacer comunidad y comunidad acogedora, donde muchas personas ante sus problemas puedan encontrar aquí un lugar de acogida donde sentirse escuchados y consolados.
Ante tanta mentira a la que estamos acostumbrados, viene Alguien para enseñarnos a vivir en verdad. Jesús nos enseña a para qué vivir y cómo morir. Nos enseña a ser comunidad y a cuidar nuestras comunidades, en las que todas las personas tengan sitio. Cuanto más pecadores sean, mejor para que se sientan acogidos en la comunidad parroquial.
Si escuchamos a Jesús, si escuchamos al prójimo podemos iluminar nuestras vidas y ser luz para un mundo apagado y sin sentido en el que el auténtico dios, sea el Dios que se ha manifestado en Jesús de Nazaret.
Baulio Carlés
Párroco San José Artesano