Padre misericordioso,
que todos los cristianos
tengamos claro el amor que nos tienes
a cada uno de nosotros
y que sepamos contagiar ese amor
a los demás.
Jesús bondadoso,
que nos pides que no tengamos miedo
y que la paz esté siempre entre nosotros.
Ayúdanos a vivir la fe con naturalidad
y a ser sembradores de paz en nuestra vida.